Vientián: la insulsa capital de Laos
No tenía muy claro dónde ir, pero quería moverme. Así que me fui a Vientián y desde ahí, ya me acercaría a algún lado. Aunque para lo que me encontré, bien podía haberme quedado en Vanvieng sin hacer nada.
Esta va a ser una nota muy rápida.
Llegué a Vientián con los dos Noruegos que conocí en Vanvieng. Ellos se iban de nuevo a Bangkok y de ahí ya no recuerdo a dónde volaban, yo quería quedarme un par de días a ver qué se cocía en la capital.
Buscamos un sitio donde dormir y acabamos en un dorm room que no me encantaba pero era barato y estaba -mucho- mejor que el que tuve la desgracia de probar en Phi Phi.
La casualidad, el destino, el viaje, o lo que sea, quiso que en ese mismo lugar estuviera Álex, uno de los chavales con los que compartí jarana un par de días antes en Vanvieng. Nos llevó a un restaurante que había conocido que era caro, pero que te recordaba por qué a veces comer por 5 euros es mejor que comer por 2: La mejor hamburguesa que he comido en mucho tiempo, babeo sólo de recordarla.
En cuanto a la ciudad, o yo estaba poco receptivo o de verdad es un rollo, pero la verdad es que no me entusiasmó y tampoco salieron unas fotos para tirar cohetes.
Así que la huida estaba clara: Thakek.
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