Día 24: Un día extraño

A veces mientras viajas, por lo que sea, tus planes se dan la vuelta totalmente. Eso fue lo que nos pasó en uno de los últimos días de nuestro viaje.

Sorprendidos por la lluvia del día anterior, el día 24 no sólo iba a llovernos, sino que también disfrutaríamos de bastante niebla.

Lo que hicimos fue simplificar: Nos dirigimos a Tamaduste, un pequeño pueblecito del sur muy tranquilo.

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Comimos en El Bimbache, un pequeño restaurante que nos quedaba súper cerca del aeropuerto. Esperábamos un restaurante pequeño de cocina típica, y nos sorprendieron con unos platos espectaculares.

<img src='http://i0.wp.com/farm8.staticflickr.com/7121/8155135336_cb2cd724d7_z.jpg?resize=640%2C428' alt='Restaurante el Bimbache' data-recalc-dims='1' />

Pero la aventura estaba a punto de empezar.

El plan original era sencillo: cogemos un avión a Tenerife Norte, y otro a la Gomera. Fácil, sencillo y para toda la familia, pero las cosas no siempre son como queremos que sean, y a nosotros nos tocaría llegar por el camino más largo.

La verdad es que sí, cogimos el avión a Tenerife y sí, llegamos sin problema. Sin embargo a la hora de coger nuestro segundo avión, el temporal no estaba por ayudarnos. La compañía nos derivó a un traspaso de islas en barco. Sólo había un problema: el barco salía a las 7, eran las 6 y 15, y se tarda una hora en cruzar la isla de norte a sur, es decir, desde el aeropuerto en el que estábamos, hasta el puerto donde queríamos llegar. Pocas veces esas carreteras han visto tantos taxis correr tanto y tan pegados, pero finalmente conseguimos coger el barco y llegar a La Gomera.

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